miércoles, 10 de julio de 2013

E.T. El Extra-Truñaco.


El juego que nos ocupa es considerado como el peor videojuego de la historia. Su leyenda es una de las más conocidas entre los jugadores: “Atari desarrolló E.T. El Extraterrestre basado en la película homónima y el resultado fue tan desastroso que se vió obligada a enterrar miles de copias en un desierto de Nuevo México”.

Esta es la leyenda que todos hemos oído alguna vez, pero ahora retrocedamos al año 1.982 e intentemos averiguar que hay de cierto en ella.

Steven Spielberg se encontraba en la cresta de la ola ya que su recién estrenada película “E.T. El Extraterrestre” había sido un éxito sin precedentes. La compañía Atari que en aquella época también se encontraba cosechando sus propios éxitos tras el lanzamiento de una versión doméstica de Pac Man no tardó en darse cuenta del filón que esto podía suponer y compró los derechos para desarrollar el videojuego. No se saben los datos exactos de esta compra pero se estima que Atari pagó a Universal de 20 a 25 millones de dólares, una cantidad desorbitada en la época.

Tras adquirirlos le preguntó a Ray Kassar (CEO de Atari) su opinión sobre la idea de realizar un videojuego basado en la película y este respondió que era una idea absurda ya que nunca antes habían hecho algo parecido, pero ya disponían de los derechos y el propio Steven Spielberg parecía involucrarse en el proyecto. Fue Spielberg quien recomendó a Howard Scott Warshaw para su desarrollo ya que se encontraba satisfecho de la adaptación que había hecho anteriormente de otra de sus películas, Indiana Jones en busca del arca perdida.

Fue el 27 de julio cuando Warshaw recibió la noticia y Atari quería que el juego se encontrase terminado para el 1 de septiembre con la intención de promocionarlo y lanzarlo en plena campaña navideña. Pero Warshaw no estaba convencido de ser tiempo suficiente para desarrollarlo y además se encontraba bastante fatigado después de pasarse más de un año desarrollando varios juegos consecutivos de manera ininterrumpida, así que Kassar le convenció con la suma de 200.000 dólares y unas vacaciones pagadas en Hawái.

Warshaw comenzó a trabajar de inmediato en el diseño de la estructura del juego. Pensó en que el jugador controlaría al extraterrestre y su misión sería encontrar piezas para formar un teléfono que le permitiese llamar a una nave que le llevaría de vuelta a su casa. Su idea, aunque simple, era demasiado ambiciosa para programar en una Atari 2600 y el juego quedaba algo vacío así que creó humanos como villanos que se interpondrían en el camino de nuestro protagonista. 

Creyendo que se necesitaban más obstáculos incluyó un límite de tiempo para completar cada nivel y creó unos agujeros para esconder partes del teléfono que servían como excusa para ampliar un poco más el mapeado.

Cuando le presentó su idea a Spielberg este quedó bastante decepcionado y sugirió que en vez de ello se hiciese un videojuego más directo, al estilo de Pac Man que estaba causando furor, pero con los personajes de la película. Warshaw pensó que así no llegaría a transmitir el mismo sentimentalismo de la película y continuó trabajando con lo que tenía entre manos. Años después se retractaría para darle la razón a Spielberg.

Atari viendo que se le agotaba el tiempo y sumida en la seguridad de que tenía una gran licencia entre manos suprimió el test de opinión de los usuarios antes del lanzamiento. Comenzó la fabricación a marchas forzadas de millones de copias para evitar que se agotasen en los establecimientos. En esta época Atari dominaba el mercado pero tenía problemas a la hora de satisfacer el número total de pedidos y esta vez no quería cometer errores.

Se suele decir que se fabricaron más copias del juego que videoconsolas habían en el mercado presuponiendo que sería un “vende consolas”. Este dato es erróneo ya que la fabricación de cartuchos de E.T. asciende a cinco millones cuando las estadísticas mostraban que había unos diez millones de consolas en el mercado.

De estos cinco millones de cartuchos se vendieron un millón y medio, una cifra bastante importante. E.T. se convirtió en el octavo juego más vendido en la historia de la compañía, pero esto no era suficiente para cubrir los ciento veinticinco millones de dólares que Atari había invertido pretenciosamente en su desarrollo, fabricación a gran escala y distribución. Fue uno más de los fracasos comerciales que llevaron a la compañía a la bancarrota dos años después.

Pero la pesadilla no había hecho más que comenzar. Cuando los consumidores compraron el videojuego se llevaron una no muy grata sorpresa. Tenían unas expectativas muy altas ya que se les había vendido como un grandísimo juego que estaba a la altura de la exitosa película pero la realidad era muy diferente. Gráficamente era totalmente simple, hasta el punto de que no llegabas a distinguir exactamente lo que veías en tu pantalla. La mecánica del juego era imposible de entender de lo mal implementada que estaba, ni si quiera manual en mano podías hacerte a ella.

Y ya como colofón un bug de esos que marcan época. Un fallo de programación que te impedía terminar el juego. En cierto punto de la aventura si entrabas en uno de los agujeros que habían en el juego era completamente imposible volver a salir de él. ¿Premonición de su funesto destino? La única forma de escapar era apagar la consola y volver a comenzar desde el principio.

Los consumidores se sentían estafados y comenzaron las devoluciones a las tiendas creando una campaña de desprestigio de la que difícilmente Atari podría sobreponerse. Las ventas del juego cayeron en picado y lo único que podían hacer con los millones de cartuchos que no se habían vendido era almacenarlos.

Pero el almacenamiento tiene unos costes y la compañía no podía permitirse, debido a sus recientes pérdidas, mantener un lugar para almacenar indefinidamente un producto con la certeza de que no le vas a poder sacar ya ningún beneficio.

En septiembre de 1.983 en el periódico local de Almogordo, una ciudad de Nuevo México, aparece la noticia de que se habían visto de diez a veinte camiones descargando cartuchos de Atari en el vertedero de la ciudad, un vertedero famoso por no poderse rebuscar en él ya que la basura era triturada y enterrada cada noche.

La noticia corre como la pólvora y la gente automáticamente la relacionan con los cartuchos no vendidos del fracasado E.T. pero Atari se pronuncia y, tras varias versiones debidas a las contradicciones de sus propios trabajadores, declara que lo único que están enterrando en ese lugar son cartuchos rotos y material inoperativo. Pero la gente comenzó a desconfiar, no les culpo, juntas en una noticia la palabra extraterrestre con Nuevo México y uno no puede evitar pensar en el caso Roswell.

Curiosidad extraña es que, tras este revuelo, el 29 de septiembre se extiende por primera vez una capa de hormigón sobre el material triturado del vertedero de Almogordo. Parece que quieren ocultar algo, pero la explicación de un trabajador es que existe todo tipo de restos peligrosos y no querían que ningún niño se hiciese daño escarbando por la búsqueda de juegos inexistentes.

El mismo mes aparece un artículo en el New York Times hablando de estos sucesos para sacar a la luz la existencia de lo que se denominó “El Cementerio de Atari”, y la compañía no puede hacer más que admitirlo. Explica que su planta de El Paso ha sido cerrada para convertirla en un centro de reciclaje y se estaban deshaciendo del material descartado. 

El mundo ya conocía dos cosas, el estrepitoso fracaso del E.T. de Atari, y la existencia de un “cementerio” de la compañía. Si a esto le sumas que uno de los artículos donde se habla del vertedero llevaba casualmente por título  “City to Atari: 'E.T.' trash go home”, ya tienes elementos más que suficientes para crear tu propia versión de la historia. Y es aquí donde la historia se convirtió en leyenda.


Esta leyenda ha ido trascendiendo con el paso de los años. Han circulado rumores de diversa índole e incluso imágenes de personas desenterrando del desierto cartuchos de E.T. que a pesar de no tener ningún fundamento muchos han tomado como verídicas.


Recientemente la prensa ha vuelto a hacerse eco de la leyenda tras la noticia de que la empresa Fuel Entertainment ha decidido grabar un documental con la exhumación de los restos que Atari enterró para comprobar si los cartuchos de E.T. se encontraban entre ellos.

El propio programador del juego, Warshaw, declaró hace pocos años que tiene serias dudas sobre el hecho de que Atari enterrase sus propios cartuchos, lo lógico es que los hubiesen reciclado para ahorrar dinero.Y yo creo que Warshaw tiene toda la razón, recordemos que por aquel entonces la situación económica de la compañía se encontraba seriamente comprometida.

No creo que los cartuchos de E.T. se encuentren enterrados en medio de un desierto, es absurdo. Se trata de una leyenda, y como tal es una historia imprecisa que se balancea entre el mito y la realidad. Ha sobrevivido como una moraleja que la industria debe recordar para poner freno a superfluas ambiciones.   

E.T. El Extraterrestre es considerado como el mayor fracaso de la historia. Pero si tenemos en cuenta que los factores claves del éxito son que todo el mundo te conozca, que se hable de ti, que seas inolvidable, pases a la historia y te conviertas en leyenda…

 E.T. El Extraterrestre lo consiguió. 

                                                         Nakaero,

                                         

3 comentarios:

  1. Aplaudo este articulo. Es la primera vez que leo con bastante detalle datos sobre este asunto. A mis favoritos que se va para mostrarlo a los colegas. Enhorabuena.

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  2. Se agradece el comentario amigo Madcore. Me alegro muchísimo de que te haya gustado el artículo. Espero que vuelvas a pasarte por aquí. Un saludo enorme! -Nakaero-

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  3. Que se siente que si estuviesen en el desierto??

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