El juego que nos ocupa es considerado como el peor videojuego
de la historia. Su leyenda es una de las más conocidas entre los jugadores: “Atari
desarrolló E.T. El Extraterrestre basado en la película homónima y el resultado
fue tan desastroso que se vió obligada a enterrar miles de copias en un
desierto de Nuevo México”.
Esta es la leyenda que todos hemos oído alguna vez, pero ahora
retrocedamos al año 1.982 e intentemos averiguar que hay de cierto en ella.
Steven Spielberg se encontraba en la cresta de la ola ya que
su recién estrenada película “E.T. El Extraterrestre” había sido un éxito sin
precedentes. La compañía Atari que en aquella época también se encontraba
cosechando sus propios éxitos tras el lanzamiento de una versión doméstica de
Pac Man no tardó en darse cuenta del filón que esto podía suponer y compró los
derechos para desarrollar el videojuego. No se saben los datos exactos de esta
compra pero se estima que Atari pagó a Universal de 20 a 25 millones de dólares,
una cantidad desorbitada en la época.
Tras adquirirlos le preguntó a Ray Kassar (CEO de Atari) su
opinión sobre la idea de realizar un videojuego basado en la película y este respondió
que era una idea absurda ya que nunca antes habían hecho algo parecido, pero ya
disponían de los derechos y el propio Steven Spielberg parecía involucrarse en
el proyecto. Fue Spielberg quien recomendó a Howard Scott Warshaw para su desarrollo
ya que se encontraba satisfecho de la adaptación que había hecho anteriormente de
otra de sus películas, Indiana Jones en busca del arca perdida.
Fue el 27 de julio cuando Warshaw recibió la noticia y Atari
quería que el juego se encontrase terminado para el 1 de septiembre con la
intención de promocionarlo y lanzarlo en plena campaña navideña. Pero Warshaw
no estaba convencido de ser tiempo suficiente para desarrollarlo y además se
encontraba bastante fatigado después de pasarse más de un año desarrollando
varios juegos consecutivos de manera ininterrumpida, así que Kassar le
convenció con la suma de 200.000 dólares y unas vacaciones pagadas en Hawái.
Warshaw comenzó a trabajar de inmediato en el diseño de la
estructura del juego. Pensó en que el jugador controlaría al extraterrestre y
su misión sería encontrar piezas para formar un teléfono que le permitiese
llamar a una nave que le llevaría de vuelta a su casa. Su idea, aunque simple,
era demasiado ambiciosa para programar en una Atari 2600 y el juego quedaba
algo vacío así que creó humanos como villanos que se interpondrían en el camino
de nuestro protagonista.
Creyendo que se necesitaban más obstáculos incluyó un
límite de tiempo para completar cada nivel y creó unos agujeros para esconder
partes del teléfono que servían como excusa para ampliar un poco más el
mapeado.
Cuando le presentó su idea a Spielberg este quedó bastante
decepcionado y sugirió que en vez de ello se hiciese un videojuego más directo,
al estilo de Pac Man que estaba causando furor, pero con los personajes de la
película. Warshaw pensó que así no llegaría a transmitir el mismo
sentimentalismo de la película y continuó trabajando con lo que tenía entre
manos. Años después se retractaría para darle la razón a Spielberg.
Atari viendo que se le agotaba el tiempo y sumida en la
seguridad de que tenía una gran licencia entre manos suprimió el test de
opinión de los usuarios antes del lanzamiento. Comenzó la fabricación a marchas
forzadas de millones de copias para evitar que se agotasen en los
establecimientos. En esta época Atari dominaba el mercado pero tenía problemas
a la hora de satisfacer el número total de pedidos y esta vez no quería cometer
errores.
Se suele decir que se fabricaron más copias del juego que
videoconsolas habían en el mercado presuponiendo que sería un “vende consolas”.
Este dato es erróneo ya que la fabricación de cartuchos de E.T. asciende a
cinco millones cuando las estadísticas mostraban que había unos diez millones
de consolas en el mercado.
De estos cinco millones de cartuchos se vendieron un millón
y medio, una cifra bastante importante. E.T. se convirtió en el octavo juego más
vendido en la historia de la compañía, pero esto no era suficiente para cubrir
los ciento veinticinco millones de dólares que Atari había invertido pretenciosamente
en su desarrollo, fabricación a gran escala y distribución. Fue uno más de los fracasos
comerciales que llevaron a la compañía a la bancarrota dos años después.
Pero la pesadilla no había hecho más que comenzar. Cuando
los consumidores compraron el videojuego se llevaron una no muy grata sorpresa.
Tenían unas expectativas muy altas ya que se les había vendido como un
grandísimo juego que estaba a la altura de la exitosa película pero la realidad
era muy diferente. Gráficamente era totalmente simple, hasta el punto de que no
llegabas a distinguir exactamente lo que veías en tu pantalla. La mecánica del
juego era imposible de entender de lo mal implementada que estaba, ni si quiera
manual en mano podías hacerte a ella.
Y ya como colofón un bug de esos que marcan época. Un fallo
de programación que te impedía terminar el juego. En cierto punto de la
aventura si entrabas en uno de los agujeros que habían en el juego era
completamente imposible volver a salir de él. ¿Premonición de su funesto destino? La
única forma de escapar era apagar la consola y volver a comenzar desde el
principio.
Los consumidores se sentían estafados y comenzaron las
devoluciones a las tiendas creando una campaña de desprestigio de la que difícilmente
Atari podría sobreponerse. Las ventas del juego cayeron en picado y lo único que
podían hacer con los millones de cartuchos que no se habían vendido era
almacenarlos.
Pero el almacenamiento tiene unos costes y la compañía no
podía permitirse, debido a sus recientes pérdidas, mantener un lugar para
almacenar indefinidamente un producto con la certeza de que no le vas a poder
sacar ya ningún beneficio.
En septiembre de 1.983 en el periódico local de Almogordo,
una ciudad de Nuevo México, aparece la noticia de que se habían visto de diez a
veinte camiones descargando cartuchos de Atari en el vertedero de la ciudad, un
vertedero famoso por no poderse rebuscar en él ya que la basura era triturada y
enterrada cada noche.
La noticia corre como la pólvora y la gente automáticamente la
relacionan con los cartuchos no vendidos del fracasado E.T. pero Atari se
pronuncia y, tras varias versiones debidas a las contradicciones de sus propios
trabajadores, declara que lo único que están enterrando en ese lugar son
cartuchos rotos y material inoperativo. Pero la gente comenzó a desconfiar, no les
culpo, juntas en una noticia la palabra extraterrestre con Nuevo México y uno no puede
evitar pensar en el caso Roswell.
Curiosidad extraña es que, tras este revuelo, el 29 de
septiembre se extiende por primera vez una capa de hormigón sobre el material
triturado del vertedero de Almogordo. Parece que quieren ocultar algo, pero la
explicación de un trabajador es que existe todo tipo de restos peligrosos y no
querían que ningún niño se hiciese daño escarbando por la búsqueda de juegos inexistentes.
El mismo mes aparece un artículo en el New York Times
hablando de estos sucesos para sacar a la luz la existencia de lo que se
denominó “El Cementerio de Atari”, y la compañía no puede hacer más que
admitirlo. Explica que su planta de El Paso ha sido cerrada para convertirla en
un centro de reciclaje y se estaban deshaciendo del material descartado.
El mundo ya conocía dos cosas, el estrepitoso fracaso del
E.T. de Atari, y la existencia de un “cementerio” de la compañía. Si a esto le
sumas que uno de los artículos donde se habla del vertedero llevaba casualmente
por título “City to Atari: 'E.T.' trash go home”, ya tienes elementos más
que suficientes para crear tu propia versión de la historia. Y es aquí donde la
historia se convirtió en leyenda.
Esta leyenda ha ido trascendiendo con el paso de los años.
Han circulado rumores de diversa índole e incluso imágenes de personas
desenterrando del desierto cartuchos de E.T. que a pesar de no tener ningún
fundamento muchos han tomado como verídicas.
Recientemente la prensa ha vuelto a hacerse eco de la
leyenda tras la noticia de que la empresa Fuel Entertainment ha decidido grabar
un documental con la exhumación de los restos que Atari enterró para comprobar
si los cartuchos de E.T. se encontraban entre ellos.
El propio programador del juego, Warshaw, declaró hace pocos
años que tiene serias dudas sobre el hecho de que Atari enterrase sus propios
cartuchos, lo lógico es que los hubiesen reciclado para ahorrar dinero.Y yo creo que Warshaw tiene toda la razón, recordemos que
por aquel entonces la situación económica de la compañía se encontraba seriamente
comprometida.
No creo que los cartuchos de E.T. se encuentren enterrados
en medio de un desierto, es absurdo. Se trata de una leyenda, y como tal es una
historia imprecisa que se balancea entre el mito y la realidad. Ha
sobrevivido como una moraleja que la industria debe recordar para poner freno a superfluas ambiciones.
E.T. El Extraterrestre es considerado como el mayor fracaso
de la historia. Pero si tenemos en cuenta que los factores claves del éxito son
que todo el mundo te conozca, que se hable de ti, que seas inolvidable, pases a
la historia y te conviertas en leyenda…
E.T. El Extraterrestre lo consiguió.
Nakaero,
Aplaudo este articulo. Es la primera vez que leo con bastante detalle datos sobre este asunto. A mis favoritos que se va para mostrarlo a los colegas. Enhorabuena.
ResponderEliminarSe agradece el comentario amigo Madcore. Me alegro muchísimo de que te haya gustado el artículo. Espero que vuelvas a pasarte por aquí. Un saludo enorme! -Nakaero-
ResponderEliminarQue se siente que si estuviesen en el desierto??
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